Rumbo a la interconexión y la colaboración en los sistemas sanitarios

En sanidad, la eHealth significa transparencia y relaciones de cooperación entre los distintos actores con el usuario de los servicios como eje. Sin embargo, casi nada de eso se está produciendo a pesar de la enorme oferta que existe ya para médicos y ciudadanos en el terreno de la salud digital.

El inmovilismo, la aversión al riesgo, la farfulla de apariencia innovadora que lo cambia todo para que todo siga igual, siguen presidiendo la acción empresarial y profesional de la sanidad española.

Se busca la añagaza de ventas y el precio como táctica facilona ante el agotamiento del mercado, la penalización al proveedor como mejor forma de contener costes, la gravación al cliente-usuario como gran estrategia para hacer sostenible el sistema…

Mientras, prolifera una plétora de conferencias, cursos, reuniones, iniciativas sobre los temas más avanzados en la economía de la salud digital. Cualquiera podría pensar que el país está a la vanguardia de la innovación, como a los conformistas y adaptables -«todo sea por el business»- les gusta jalear y difundir.

Cualquiera que analice un poco los sistemas sanitarios públicos y privados se da cuenta de la obsolescencia de muchos procesos y de las actitudes que los mantienen así. Y de cómo es imposible que, con esos supuestos y actitudes, se abra paso una sanidad conectada y colaborativa.

Sin embargo, cada vez estoy más convencido de que la tecnología y las redes sociales, aliadas con la economia de la conducta, van a significar una innovación disruptiva , por ejemplo en:

1) La forma de buscar y recibir servicios sanitarios, o como obtener el máximo beneficio del seguro sanitario. Público o privado.
2) La forma de concebir y alcanzar el propio bienestar y la salud, o como llegar a ser la mejor versión de uno mismo.

Las arcaicas actitudes pretenden utilizar esa misma fuerza innovadora para consolidar su ‘status quo’ y, al final, mantener todo como está, aunque con una apariencia ‘guay-fashion’. Es decir, no aprovechando el enorme paso que supone la fusión entre las nuevas tecnologías, el marketing del comportamiento y la medicina.

Pero me temo que a este stablishment empresarial y profesional acomodado en sus cargos lo último que le interesa es un futuro en el que el paradigma sea la interconexión colaborativa en sanidad. Y menos aún, un ciudadano sintiéndose capaz y responsable de su propia salud y de su bienestar.

No vaya a ser que ellos tengan que dar servicios y productos que se ajusten a necesidades reales, de una forma responsable y sostenible y en competencia, sin el privilegio de tener cuotas dadas, administrados o clientes cautivos. No saben navegar en esas aguas.

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